Cariñoso, dulce, amoroso, fiel, divertido, juguetón, simpático, peculiar, ‘rechoncho’, perezoso… son tantos los adjetivos que sirven para describir a esta mascota tan popular en nuestros hogares. De hecho, la raza pug o carlino es una de las más solicitadas, por su comportamiento pero también por sus características físicas. Y es que se trata de un perro pequeño que se adapta perfectamente a la vida en la ciudad y a un piso pequeño y que no requiere cuidados especiales, más allá de una buena higiene, dieta, ejercicio moderado y visitas al veterinario para chequear su salud.

El pug, además, es un excelente compañero de niños y ancianos. Es tolerante, paciente y su especial sensibilidad lo convierte en un buen terapeuta si estás pasando por un momento difícil.